El pan deli es ideal para hacer un buen sándwich, tiene una miga densa y las rebanadas se mantienen firmes. Un pan así se merece un relleno sencillo, sabroso y perfecto.
Por Capitán Rábano:
Mi amigo J. sostiene que el sándwich perfecto debe poder asirse, comerse y mantenerse firme e imperturbable durante largo rato mientras utilizamos una sola mano, así, la otra puede emplearse para sostener unas cartas, el mando de la tele o la jarra de cerveza. Así es J. un tipo pragmático que morirá solo.
Pues bien, para conseguir eso, lo primero es contar con un pan capacitado para ello y nosotros lo tenemos, hablo del pan deli, ese perfumado, tierno y denso pan típico de las calles de Nueva York que pide a gritos un relleno que lo ponga a prueba. Pues bien, vamos a ello.
Cuando enfrento una receta y me da igual la complejidad de la misma, es decir, me da igual que sea un plato de gala que un sencillo sándwich para comerme delante de la tele, intento seguir una máxima, que sea una receta redonda, es decir, que tenga un equilibrio entre todos los sabores y aporte distintas texturas.
Cuando digo equilibrio entre todos los sabores no hablo solo de que estén presentes, sino que, además, hay que intentar que se complementen.
En este caso el dulzor lo va a aportar el propio pan, el amargor la rúcula, la acidez y el salado vienen de la mano del aliño y el queso funciona como vehículo conductor e integrador. En cuanto a las texturas, vamos de la untuosa del queso a la moderadamente crujiente de la rúcula.
Ingredientes:
Rebanadas de pan deli.
Rúcula.
Tomate deshidratado en aceite.
Queso cheddar (u otro que funda bien).
Zumo de limón.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Nada más fácil.
1.- Picamos finos los tomates, si no los tienes en aceite, si están secos, tienes que ponerlos en un buen aceite al menos una hora antes. Retiramos el exceso de aceite y reservamos.
2.- En un cuenco mezclamos la rúcula con los tomates y aliñamos con zumo de limón, sal y un poco de aceite (ten en cuenta que el tomate ya lleva aceite, no te pases). Mezclamos bien y reservamos (muy poco tiempo, la rúcula debe estar fresca y crujiente).
3.- Cortamos un poco de cheddar (u otro queso, a mi me gusta este porque funde muy bien, en el mercado tienes muchas variedades en función de su curación e incluso ahumados), colocamos encima de una rebanada y fundimos con ayuda de una plancha (no tuestes mucho el pan, el cheddar funde pronto y a este pan no le hace falta para tener consistencia) o directamente en el microondas en muy pocos segundos.
4.- Colocamos la ensalada encima, la otra rebanada encima y lo cogemos con una sola mano, la otra para el mando de la tele, la cerveza o el smartphone.
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