El viejo almacén de Buenos Aires
Madrid, 28035.
Teléfono: 917388926
Cierra domingos
noche y lunes todo el día
Sabéis que nos
gustan los restaurantes y nos gustan aún más los restaurantes que nos cuentan
una historia y la historia del Viejo Almacén de Buenos Aires es de las
que merecen ser contadas.
Esta crónica es un
poco diferente, porque nuestra primera aparición no respondió a una visita
pendiente ni deseada. Sinceramente, no conocíamos la existencia de este lugar.
Todo comienza con
una invitación, recibida a través del equipo de ese gran proyecto gastronómico
que es el Trotamantel.es, para que visitáramos el lugar y darnos
a conocer su nueva carta, en la que el producto estrella es "Carnes del
mundo", en el que se agrupan cinco de los cortes mejor considerados y
provenientes de lugares como Argentina, Galicia, Nebraska (USA), Holanda y
Nueva Zelanda.
Y allí nos
presentamos, acompañados de periodistas y otros blogueros (como Carmen, Concha Bernard, Sofía, León Prieto o
Nieves y Elena) y allí fuimos objeto de un espectacular trato y pudimos
degustar, sin pausa, estos maravillosos productos, bien regados con vinos y
cervezas argentinos, así como de algún cóctel.
La impresión fue
magnífica y no sólo por el citado trato. Yo soy un confeso carnívoro amante de
una buena parrilla, pero es que lo que me enamoró no fue sólo el producto, sino
el local y la historia que se esconde tras sus abigarradas paredes.
Me gustó tanto, que
me propuse volver a visitarlo, esta vez como un cliente puro y duro y
acompañado de otras personas que no estuvieron el día de la presentación. La
idea era comprobar si la grata impresión perduraría un día "normal"
de trabajo. Y así fue y así os lo cuento.
El local:
Escondido, esa es la
primera palabra que me vino a la cabeza al encontrarlo y no es, en absoluto, un
demérito, todo lo contrario, casa perfectamente con su filosofía su localización
y su aspecto, como de casita en un barrio con calles peatonales y de pavés.
Allí, César,
el dueño, nos contó la historia; la historia de una familia que comenzó con un
local en Asturias y que allá por 1977 abrió un restaurante argentino en una
casita de la calle Villamil que poco a poco pobló sus paredes de objetos y
recuerdos. Esencias, si queréis, un tanto folclóricas, pero que lejos del minimalismo
imperante en la decoración de los nuevos restaurantes, proporciona un valor
añadido, el del poso del tiempo y el cariño.
Aquel viejo local ya
no existe, pero su espíritu está en el nuevo que acumula cada vez más objetos
hasta parecer que no puede haber ya más sitio ni más paredes que conquistar.
El tiempo pasa y la
gerencia familiar continúa.
Sí, está abigarrado,
pero insisto, forma parte de su encanto, aún así, las mesas son lo
suficientemente amplias y están lo suficientemente separadas como para que te
sientas cómodo.
Y como siempre tengo
que criticar algo, diré que no me resulta muy agradable el hecho de que, en
principio, no te ponen platos para degustar las carnes, sino unas tablas
individuales de madera, pero no hubo reparo alguno en sustituirlas por platos.
La cocina:
Si hablamos de carnes
a la parrilla, creo que está muy claro que aquí hay dos cuestiones
fundamentales: el producto y el punto. Si manejas buenos productos y tienes el
punto de la parrilla, puedes hacer muy feliz a un carnívoro y yo fui feliz.
Otra cosa es entrar
en cuestiones como la pieza preferida a degustar (recordemos el viejo debate
entre lomo bajo o lomo alto), el grado de maduración de la pieza antes
de su consumo o el tipo de corte. Digamos, para resumirlo mucho, que en el Viejo
Almacén de Buenos aires tienen carnes, cortes y tiempos para todos los
gustos.
Pero no sólo de
carne vive el hombre, son dignas de mención las ensaladas, la provoleta,
las berenjenas en escabeche y hasta las patatas fritas.
Mención aparte
merecen los dulces, los famosos panqueques y los alfajores.
La carta:
Llena de opciones
carnívoras muy bien ordenadas. Si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntar a
los camareros, están bien adiestrados en lo que venden y os informarán de las
opciones, tipos y modos ideales de degustación.
Quiero destacar la carta
de vinos. Muy completa y a precios comedidos. Me gustan los vinos del Nuevo
Mundo y de entre ellos me gustan los argentinos. Nosotros acompañamos la comida
con una botella de Postales del fin del mundo, un vino muy agradable
elaborado con dos tipos de uva, la muy de moda Malbec y la elegante Cabernet
Sauvignon, pero tranquilo, si eres de los fieles a los vinos españoles,
tienes muchas opciones.
Conclusión:
Os estoy hablando
del que para mí es el mejor restaurante argentino que conozco en Madrid, tal
cual.
No está en el
centro, no está en un barrio de moda, está "escondido" y eso forma
parte de su encanto. Os lo recomendamos sinceramente.
Cesar, a mi me encantaron todas las carnes que nos pusieron, creo que haré como tu y volveré, siempre es mejor repetir en un sitio ya conocido.
ResponderEliminarbesos,
Fue una tarde-noche muy agradable en muy buena compañía, ¡nos veremos en otras!
EliminarSe me hace la boca agua, hace años que conozco este restaurante y para comer buena carne no hay nada mejor en todo Madrid.
ResponderEliminarUn beso.
El puchero de la bruja
Pues mira, a esa misma conclusión hemos llegado nosotros. Me alegro de que estemos de acuerdo
EliminarJolin Cesar, desde luego me han dado unas ganas de parrilla.... uf uf!!!!! no es justoooo la proxima vez que esté por madrid no te me escapas, que tengo apuntada en mi agenda negra que me debes unas tapas en... jajjajaja
ResponderEliminarjajaja... cuando vengas habrá que hacer rutas de tapeo temáticas, ¡que hay mucho que ver!
EliminarExcelente cronica, me encantaria ir a este restaurante, me parece un sitio con mucha personalidad. Una lastims que me pille tan lejos. Bss.
ResponderEliminarPues aunque esté en Madrid, no te creas que a nosotros nos pilla muy cerca, vamos, en la otra punta. Entre ir y volver me hice casi 50 km en coche!. En cualquier caso, toma nota por si un día te dejas caer por aquí
EliminarCesar, muchísimas gracias por tu reseña y sobre todo por tomarte la "molestia" de volver a visitarles para corroborar al 100% que el sitio merece la pena. A partir de ahora, seguiré tu ejemplo antes de publicar sobre un sitio al que hemos acudido en un evento.
ResponderEliminarAl viejo almacén, les haremos una visita en breve. A partir de tu reseña, me parece que la relación calidad precio es bastante bastante buena.
Un abrazo
Gracias a tí, pero ojo con eso de volver, ¡¡vuelve sólo a los que te gusten o creas que tienen potencial!!, jajaja.
EliminarEn cuanto a los precios del restaurante, yo creo que no están mal, pero ojo, hay carnes muy caras (y raras, por eso son caras).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanta este lugar , y tenéis unos ricos menús ¡¡¡ que pena que no vivamos en Madrid !!! pero algún día iremos a visitaros Un abrazo desde León
ResponderEliminarAsados, ojo de bife, tango, chorizos criollos...Tardes en Puerto Madero con una Quilmes en la mano viendo como el sol abandona Buenos Aires...
ResponderEliminarAfortunados hemos sido de recorrer Argentina, y como carnívoros confesos puedes hacerte una idea del paraiso en el que nos encontrábamos. A día de hoy aun no hemos comido una carne que la iguale...no se si será su corte, el asado o el toque gaucho que le dan los argentinos, pero es un auténtico placer para los sentidos