Por Capitán Rábano:
Malasaña es un barrio de Madrid que ni siquiera se llama así (se llama Universidad) y que toma su nombre, el más conocido, de una calle, la de Manuela Malasaña, nombrada así en homenaje a una de sus vecinas más ilustres, una modistilla que el 2 de mayo de 1808 murió a manos de las tropas francesas. El mismo día que otros madrileños de pro Daoíz y Velarde (que como buenos madrileños, no habían nacido en la ciudad, uno era sevillano y el otro cántabro) luchaban a escasos metros en el Parque de artillería de Monteleón (actualmente, Plaza del 2 de mayo).
Malasaña es un barrio de Madrid que ni siquiera se llama así (se llama Universidad) y que toma su nombre, el más conocido, de una calle, la de Manuela Malasaña, nombrada así en homenaje a una de sus vecinas más ilustres, una modistilla que el 2 de mayo de 1808 murió a manos de las tropas francesas. El mismo día que otros madrileños de pro Daoíz y Velarde (que como buenos madrileños, no habían nacido en la ciudad, uno era sevillano y el otro cántabro) luchaban a escasos metros en el Parque de artillería de Monteleón (actualmente, Plaza del 2 de mayo).
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Domingo, 13:30 horas, Malasaña |
Este barrio,
antiguo, muy antiguo, surcado por calles estrechas y castizas, fue cuna y poso
de la Movida madrileña y por consiguiente tuvo lo mejor, y lo peor, de
la misma.
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El pueblo de Madrid se expresa en sus calles |
Con el tiempo el
barrio ha cambiado muchísimo, pero siempre en una misma dirección, ser el EastVillage, o el Camdem town de Madrid, ósea, en castizo.
Por sus calles
puedes encontrar pubs irlandeses, restaurantes etíopes, rusos, mejicanos o típicos
de Nueva Orleans. Puedes asistir a un mercadillo improvisado en plena
calle, recibir clases de redes sociales para jubilados en una casa
"okupada" o tomarte un vermú de grifo en tabernas de más de cien años
en las que conviven clientes de tres generaciones y diez o doce países
diferentes.
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Un bar sueco en Malasaña |
Y claro, tenía que
ser en Malasaña, en la calle corredera alta de San Pablo, esquina Espíritu Santo, dónde encontráramos una tienda de productos griegos y, a
la vez, restaurante informal.
El local no puede
estar mejor situado y el escaparatismo es magnífico, digamos que es imposible
pasar a su lado y no entrar.
¿Y qué encontramos
dentro?, pues un impresionante surtido de productos gourmet (y de los otros)
que no son fáciles de encontrar en otros lugares, al menos no todos juntos.
Algunas de las cosas son realmente sorprendentes, como tahine con cacao
o con naranja. Incluso tienen dolmadas de arroz en conserva (además
de hojas de parra, aunque estas últimas son fáciles de encontrar a mejor
precio en tiendas de productos del este, rumanos, e incluso en grandes
superficies).
Tienen quesos como
el Halloumi, panes, yogures de todo tipo y claro, vinos griegos.
Y ahora hablemos del
precio. La mayoría de los productos se venden a unos precios realmente altos,
si bien es cierto que está justificado por su rareza, pero que quede claro, que
nadie espere encontrar un chollo.
También dispone de
comida preparada lista para llevar con muy buen aspecto que también puedes
comerte allí mismo y una barra con tartas, bizcochos, cafés y licores. Los
camareros son simpáticos y serviciales, pero los que estaban el domingo pasado,
del mundo del café griego no sabían mucho, porque después de servirme un frappe
tuve que pedir que me echaran hielo, ¡porque no llevaba!.
En definitiva, si te
pasas por Madrid, pásate por Malasaña y visita esta tienda,
merece la pena aunque sólo sea por curiosear entre sus estantes y seguro que
encuentras algo que te interese. Nosotros nos hicimos con 500 gr. de yogur
griego (nunca encontraré los "bidones" de 5 litros del
espectacular yogur que comíamos en Estambul, pero esto sirve de
consuelo) y una botella de vino de Santorini. Por cierto, el vino en
esta tienda, está más barato que en Grecia, al menos que en las tiendas
de Atenas que yo visité, claro, que también el aceite está más barato,
al fin y al cabo, creo que Atenas es la ciudad más cara que he visitado
(desde el punto de vista de un gastroaficionado).
Cuando abramos este
vino de Santorini, os hablaré de el, de una auténtica rareza, pues no es
sencillo elaborar vino en una tierra en la que hace calor o mucho calor (o incluso
muchísimo).
Y hablando de Grecia os dejo con la más grande en un tema épico que cierra siempre sus conciertos, como pudimos comprobar en Madrid, dónde la colonia griega terminó cantando, desplegando banderas griegas y bailando encima de los asientos del teatro con este tema. ¡Sube el volumen y a bailar!.
Me encanta aprender cosas nuevas y con estos artículos siempre lo consigo. Afortunados los que viven en grandes ciudades donde encontrar comercios así. En ciudades pequeñas tenemos otras ventajas, pero si eres de mente inquieta como yo te sientes frustrado al ver posibilidades como las que nos has mostrado. Yo como siempre archivo la info que ya me servirá en algún momento
ResponderEliminarCada vez que salgo de Madrid y voy a ciudades pequeñas como dices tú, siento una profunda envidia de su calidad de vida y me entran unas enormes ganas de quedarme a vivir allí, lejos de las distancias, tiempos y jaleos de Madrid, ciudad con la que me reconcilio los fines de semana.
EliminarSigue archivando, forma parte de nuestra "personalidad bloguera"
Capitán justo hace una semana he vuelto de Madrid, estuve 5 maravillosos días quedándome en un piso en ese hermoso barrio, me faltó tiempo para caminar sus calles pero es que hay tanto que ver y tantas personas a quien visitar que no me fue posible ver todo lo que quería. Me perdí este maravilloso local pero que tendré en cuenta la próxima vez que esté por Madrid. Seguro que este año al menos subo una vez más... es la sensación que te queda: "quiero más de Madrid" (me ha salido hasta un slogan y todo)
ResponderEliminarUn beso
Lxx
Jejeje... bonito slogan, se lo puedes pasar al ayuntamiento, es mejor que lo que hay ahora.
EliminarMe alegro de que te haya interesado, si vas cuéntanos tu experiencia.