“Albarino, from Galicia, Spain” (un par de veces también vi escrito
Alvarinho, curioso que una ciudad con tanto hispano no disponga de “ñ”).
Así que hoy voy a hablar de
tendencias, “pros y contras” o “porqués” de las elaboraciones de vinos monovarietales o multivarietales. Es decir, con un solo tipo de uva o con varios Eso
sí, de una forma sencilla, como todo en este blog.
Sé que es muy típico de toda
América clasificar los vinos en función de las uvas y esa tendencia se da en
mayor o menor medida en algunos países o regiones europeas. Pero quiero hablar
de modas o tendencias y alguna pequeña explicación.
Es más, también pasa aquí
mismo. Si vas de vinos por algunas ciudades españolas, puedes ver como la gente
pide los vinos en función de la uva y así, no es raro ver a alguien pedir un Verdejo. Sin embargo, aún no he visto a
nadie pedir un Tempranillo en lugar
de pedir un Rioja, ¿por qué?, ¿cuando
en el mundo Rioja de los últimos
años, los tempranillos monovarietales
han proliferado como nunca?, pues es fácil, porque Rioja, Ribera o incluso Bierzo o Toro, tienen una personalidad “supra-uva”.
Justificaciones monovarietales:
Es opinión compartida por
muchos, que los vinos monovarietales expresan mejor “el terruño”. Bien, vale,
de acuerdo. Pero suele haber otras razones, por ejemplo, en Borgoña, desde hace siglos, todos sus
vinos tintos se elaboran mayoritaria y casi exclusivamente con la variedad Pinot Noir y los blancos con Chardonnay. Sin embargo, en otros
lugares lo verdaderamente tradicional ha sido mezclar diversos tipos de uva. ¿Por
qué?.
La elaboración de un vino a
partir de un solo tipo de uva supone una ventaja a la hora de su elaboración,
esto es evidente. Además, supone también mayores facilidades para los que se
acercan a conocer el mundo del vino, pues una cata monovarietal es más fácil y
ayuda a ir educando el paladar, de forma que nos vayamos acostumbrando a los
sabores, aromas y colores de una Tempranillo
o una Shiraz, pero, a la vez, satura
mucho antes.
Y los problemas:
Pero ojo, si produces un vino
monovarietal y hay una mala cosecha o problemas de infecciones, tu producción
estará mucho más expuesta a los problemas derivados y tendrás menos margen de
actuación que si puedes mezclar diferentes tipos.
Por otro lado, cuando los
vinos de una región tienden a elaborase con la misma uva, las sensaciones
tienden a repetirse y tu mismo tiendes a pensar “todos los vinos de tal lugar
saben más o menos igual”.
Las tendencias:
Ahora voy a hablar de
sensaciones.
Después de varios años de crecimiento del consumo de vinos monovarietales
y más en sus formatos jóvenes o crianzas, es decir, los que expresan mejor las
cualidades de la uva, percibo un cambio hacia elaboraciones más complejas que
pueden indicar, desde un simple cambio de tendencia producida por un mercado
hastiado que comienza a pensar que todos los Riberas o todos los Ruedas saben
igual o, incluso y, que el público, si bien consume menos vino, lo hace desde
una mayor “cultura” y quiere experimentar nuevos productos.
Por mi parte, recordaré a un
amigo que decía que de todas las cosas, salvo del cine, sólo había dos tipos,
los buenos y los malos, es decir, el vino bueno y el vino malo. Hay un momento
para cada vino y una ocasión para disfrutar de un Pinot Noir, digo un Borgoña,
o darse el placer de probar un coupage
complejo
Ah, se me olvidaba, mi amigo
sólo ponía la diferencia en el cine, dónde sostenía que había tres tipos: el
bueno, el malo y el francés.
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