¡Hola!
Me llamo César Bustillo Gorgojo, aunque en este mundillo soy más conocido como Capitán Rábano, un superhéroe que entabló hace tiempo una batalla perdida contra el apio.
Nací en Madrid en 1970 y pasé mi infancia y juventud viendo como crecía y se desarrollaba el barrio de Moratalaz. Luego estudié al lado de la calle de Atocha y me empecé a interesar por casi todo.
Literalmente.
Inicié los estudios de Ciencias Químicas en la Universidad Autónoma con un resultado catastrófico, lo cual me llevó a estudiar algo que no tuvieran nada que ver y me pudiera dar un trabajo, y así acabé en Relaciones Laborales, diplomatura que luego completé con una licenciatura en Ciencias del Trabajo.
Como el mundillo de los Recursos Humanos no se interesó mucho por mí a pesar de mis constantes intentos de seducción, decidí hacerme técnico de prevención y en eso ando desde hace ya más de 14 años. ¿Me gusta mi trabajo?, sí, en teoría, porque en la práctica es mucho menos atractivo.
En el año 2010, en compañía de algunos amigos y familiares, dí forma a este blog gastro-viajero al que no le ha ido mal del todo, pero eso sólo cubre una parte de mis inquietudes, así que también dí forma a otro espacio Los gigantes juegan a la oca, que, desafortunadamente, no puedo actualizar todo lo que quisiera por falta de tiempo: el mal de nuestros días. Es más, he llegado a preparar otro para que diera cabida a mis otros mundos, pero ahí está... esperando mejores momentos La entropía del Rábano.
Me gusta el cine (el bueno, el malo y el francés), me gusta la música (solo la buena y si se trata de un blues viejo, herido y mefistofélico, mejor), me gusta la gastronomía, todos los deportes y siento pasión por los coches (sobre todo por aquellos que formaron parte del paisaje de mi infancia y adolescencia). Hablo de todo, lo cual no es, ni mucho menos, una virtud.
Mis inicios en el mundo gastronómico o, mejor dicho, gastro-ocioso, fueron los de un pequeño burgués hedonista que buscaba los placeres de la mesa y el goce del aprendizaje viajero. Con el tiempo, me fui dando cuenta de que disfrutaba también cocinando yo mismo, aprendiendo, comparando, tropezando y descubriendo.
Monté este blog en un acto de enorme irresponsabilidad, pues mis conocimientos no garantizaban, ni mucho menos, la buena ventura de la empresa. Sin embargo no nos ha ido mal y puedo decir sin disimulado orgullo, que he aprendido mucho, que soy mucho mejor que el que empezó y que aquí sigo y seguiré aprendiendo, disfrutando, compartiendo y contándolo y espero que tu estés ahí, formando parte de este proyecto.
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