Volvemos con #Enredados, una aproximación personal a las personas de carne y hueso que publican en los blogs que leemos cada día. Hoy os traemos a Ana Melm (Migas En La Mesa).
Conozco a Ana personalmente y os aseguro que es lo que parece, lo que has leído en sus post y lo que te has imaginado. Todo eso y más, nunca menos.
Mira a los ojos con la seguridad de la que ha asumido un compromiso vital y a la vez se ha curtido en los debates para asentar su dialéctica. Fijaos si está segura de lo que hace y dice que, en contra de toda lógica, se ha quitado esas gafas de pasta que tanto me gustaban y tan bien lucía.
Ana vive comprometida y hace del compromiso una forma de vida. A estas alturas ya sabéis que Ana y yo no compartimos muchas ideas, opiniones e incluso principios, pero somos capaces de compartir, con gusto, tiempo, conversación y unas cañas en la barra de un bar de Lavapiés, que es dónde me ha citado para responder a este pequeño ejercicio inquisitorio. No os lo perdáis, cuenta muchas cosas y lo dice muy claro.
Si no conoces su blog, te emplazo a darte una vuelta, no solo porque hay recetas explicadas a la perfección y pesadas al milímetro, sino porque cada publicación está precedida por una entradilla que oscila entre la confesión personal y el ejercicio bouyerístico de una comunidad de vecinos muy al estilo de las escaleras de otros tiempos.
Viaja en Metro, vive con un vikingo y un felino que lleva a cabo un experimento social, se implica en movimientos políticos, es intolerante a la lactosa y pesa los ingredientes de las recetas que publica en Migas en la mesa.
Disfrutad:
Al ver la nueva plantilla de tu blog, no encontré fácilmente “el manifiesto”, llegué a pensar que ya no te manifestabas, pero luego pensé: “es Ana, ¿Cómo no va a manifestarse?”
El manifiesto fue lo primero que escribí para el blog, antes que la primera receta, y jamás he movido una coma de ese texto. Lo escribí para explicarme, para poner un punto de partida sobre el que construir el blog y dotarlo de entidad propia. Cuando empecé ni me imaginaba hasta donde me llevaría esta aventura, pero incluso así, no podía empezar algo indefinido, sin rumbo, sin una piedra angular que diera coherencia al contenido. Necesitaba explicarme.
Es una declaración de principios en toda regla, cuando la leí por primera vez me hiciste reflexionar, luego me comí un cocido, ¿Crees que predicas en un secarral?
Jajaja. Yo como cocidos. Y tartas. La comida se disfruta, eso para mí es una máxima. La cuestión es que se puede disfrutar comiendo de otra forma. Hemos heredado una cultura gastronómica que, a nivel individual, a veces nos viene grande. Nuestras abuelas cocinaban de otra forma porque las necesidades de sus familias eran otras. Hay personas que han aprendido esta cocina de sus madres y abuelas (sí, casi siempre mujeres) y cuando se plantean cambiar su estilo de vida y empezar a comer sano, no tienen los recursos para hacerlo porque no han tenido la oportunidad de aprender técnicas más saludables o a usar ingredientes nuevos.
Entonces… ¿Debemos concienciar o dejar actuar el libre albedrío?
Concienciar. El sobrepeso, el colesterol o las enfermedades coronarias son un problema de salud pública. Una alimentación poco adecuada no es ni de lejos la única causa de estos problemas, pero una alimentación adecuada sí es parte de la solución
Tus entradillas son maravillosas, de gran calidad en la escritura, repletas de sentido del humor, sensibilidad y compromiso, pero, ¿Por qué?, Es decir, ¿Por qué en un blog gastronómico?, ¿Necesidad de dar salida a tu vena literaria o solo afán de dar la turra con tus historietas? 
(Me pongo roja) ¡Gracias! La verdad es que con la escritura me pasó algo extraño. Yo nunca había escrito, en plan contar historias. Y cuando abrí el blog de pronto no pude colgar una receta ahí sin más. Había cosas dentro de mí que empujaban a mi mano a escribirlas. Y desde entonces ha sido así todo el tiempo, a veces siento que no escribo, sino que las cosas me salen. Desde hace dos años me he lanzado a escribir un poco más en serio y estoy recibiendo clases de escritura creativa y relato. Ha sido una grata sorpresa que ha salido de dentro sin que me la esperara. No digo que escriba bien, ni mucho menos, sólo que he descubierto que quiero escribir, que es terapéutico, me relaja y con eso me vale.
¿Pesas todo lo que cocinas?, ¿Nunca te das a la vida loca?
Sí. Cuando cocino para el blog, peso absolutamente todos los ingredientes, y redondeo las cantidades para no poner números absurdos del tipo "367 gramos de patatas". Yo agradezco que los demás lo hagan. Porque cuando consultas blogs, sobre todo de otros países, te encuentras con ingredientes del tipo "una lata de leche condensada" sin especificar el tamaño; "una barra de mantequilla" (un clásico en la cocina británica, pesan 113 gramos) o "dos tomates" que en mi pueblo en temporada pesan un kilo y en Madrid en invierno 300 gramos.
Cuando no cocino para el blog, sólo peso el gazpacho. Y eso es porque no tengo mano (confesión vergonzante) y solo me sale rico pesando al gramo cada ingrediente.
Eres una mujer comprometida con muchas causas (o quizá sólamente con una de índole superior), también en la alimentación, ¿Nos falta compromiso
Bueno, digamos que todos tenemos nuestras taras. Y la mía es esta. Mis amigos se ríen y me llaman "madretere". Milito en un espacio político, en una entidad que trabaja con personas sin hogar con una ideología claramente orientada a erradicar el asistencialismo de la intervención social, y en varios espacios de lucha vecinales. Es mi sino. No sé hacer otra cosa. Empecé en política con 14 años, cuando escribí el acta fundacional de una asamblea juvenil antirracista de mi pueblo, a los 15 me había encadenado al ayuntamiento y encarado a gritos con un pobre concejal, y aquí sigo. El acta... la conservo. Me saltan las lágrimas de risa y de ternura cuando la leo. Lo que eran 14 años de entonces, sin Internet.
¿Qué tal se vive sin lactosa?
Razonablemente bien. Pero hay que cocinar. La bollería industrial, los alimentos preparados y muchos embutidos tienen lactosa añadida. Cuando salgo de casa me las arreglo, pero alguna vez he sentido que jugaba a la ruleta rusa con el menú de algún restaurante. Porque además en España en hostelería no hay una gran formación en intolerancias alimentarias (por suerte esto va cambiando) y a veces preguntar al camarero es darte contra un muro. Y la lactosa todavía se entiende; alguna vez si salgo con una amiga vegana, pido tapa vegana y me saltan con cosas como "pero es que todo tiene pan" o "el atún si puedes ¿verdad?" y ya lloro.
Dime una tienda, un bar, un restaurante, un mercado… todo junto… dime lugares a los que debo ir.
Tienda: Una de comercio a granel de productos de proximidad. Sin plásticos, sin una gran huella de carbono... en Madrid te llevaría a "Granel Madrid" en Lavapiés.
Un bar: En mi barrio hay un bar histórico donde ponen rock todo el tiempo y las camareras hablan con la gente. Si un tío molesta a una chica salen de la barra y le echan. Es un sitio donde puedes ir sola y te encuentras con gente y te sientes a gusto. Esos son los lugares especiales, que no aparecen en las guías.
Un restaurante: Últimamente voy de vez en cuando a un peruano de mi barrio, "Sabores del mundo". Es gente sencilla, encantadora, cocinan maravillosamente bien, y el trato es super familiar.
Un mercado: Cualquiera donde no haya tres hipsters con calcetines de colores por metro cuadrado. Uno que huela a pescado, con señoras en zapatillas y tenderos gritando ofertas. Esos son los que me gustan a mí.
Dime… ¿por qué?, ¿por qué seguimos asaltando?.
Porque somos unos mangantes sin escrúpulos. Y no tenemos alma ni salvación. Y porque robar un banco es un lío que no veas y no tenemos tiempo, la verdad.
Dime… un blog (o un libro o una película), dime algo.
Un blog. Soy muy fan de http://www.veganizando.com/ - no solo de ese, pero sí, de ese. Apenas veo pelis (es un formato que no me llama la atención) y acabo de terminarme "La muerte de Virgilio" de Hermann Broch. Un libro fascinante, pero muy muy duro de leer, al menos para mí.
Completa la siguiente frase: Si Zoco es un pacharán, el apio es…
Un mamífero marino dotado de antenas y lenguaje articulado. Se infiere de esto que ambas afirmaciones son disparatadas y poco ajustadas a la realidad. Si un día tú y yo nos encontramos tomando un Zoco en una terraza mientras disfrutamos de palitos de apio mojados en un cuenco de hummus, ese día será el comienzo del fin del universo conocido y una nueva era se abrirá paso. :)
(*) He introducido novedades en esta sección, algo así como: “Ana y sus fieles”, para que algunas personas te pregunten directamente. Damos paso a la audiencia:
Marga, desde Tartessos: Vives con un vikingo y un felino que analiza el comportamiento humano, definitivamente eres una mujer valiente, ¿A qué le tienes miedo?
Al felino. Sin dudarlo. Y a muchas más cosas. Pero creo de verdad que desde la legitimidad del miedo, que es muy libre y no se atiene a razones, hay que luchar contra aquello que nos lo produce. Si algo nos angustia hasta el miedo, solo podemos someternos o luchar. Y hay que elegir.
Montse, desde la ciudad olívica, la perla iridiscente al este de Nueva York: Hola Ana, quiero que nos recomiendes tu libro de pan favorito, sobre todo para novatos, legos y principiantes con ínfulas.
Uf. Qué pregunta. Para empezar con la teoría en plan ligero, yo recomendaría "El aprendiz de panadero" de Peter Reinhart. Tiene una base teórica digerible, y recetas apañadas. Y para empezar en modo hardcore, iría a por "El pan" de Jeffrey Halmelman traducido por Ibán Yarza, con una base teórica más amplia y más técnica. Pero mis dos libros de pan favoritos de verdad son otros, un poco más durillos: "Wholegran breads" de Peter Reinhart y "Meyer's Bakery" de Claus Meyer. Ninguno de los dos está traducido al castellano.
Libia desde los rescoldos del reino Nazarí: Muchas de las historias que narras en tu blog pasan en tu bloque de pisos. Anda, reconócelo, son producto de tu mente revuelta gracias a los litros de kalimotxo que te metiste en la adolescencia, nadie tiene vecinos tan divertidos.
Jajajajaja a ver, digamos que a la vida de mis vecinos le ponemos una lente de aumento y nos fijamos solo en los detalles que los hacen especiales. Todos somos personas normales con comportamientos puntualmente atípicos, manías desquiciantes o ideas hilarantes, como la del vecino que decidió criar gallinas en el balcón. Yo les observo... y después me cebo en aquello que los hace diferentes. El resto del tiempo, son personas normales carentes de interés literario :P
Elena, on the road again, de todos los panes que tienes publicados en el blog, ¿cuál es tu favorito?
¡No puedo querer a ninguno de mis chiquitines más que a otro! Si tengo que elegir, solo uno, diría que los bollos suizos, que eran los favoritos de mi madre, y fue una entrada muy especial que le regalé por su primer cumpleaños sin ella.
Belén, desde el Portus Asturicus: ¿cual es tu peor defecto en la cocina:
Lo olvidadiza que soy. Pongo algo al fuego, me voy a hacer otra cosa... Y hasta que no noto olor a chamusquina no me acuerdo de nuevo.
Mil gracias por la entrevista, Capitán! Me ha encantado y me ha divertido verme así :)
ResponderEliminarPero que bonicos sois los dos!!! Yo quiero tomarme una, dos o tres cañas con vosotros en cualquier bar, aunque no sea de Lavapiés. Me moláis a puñaos!!! Besotes!!!
ResponderEliminarBonita entrevista. Gracias Ana por tus cosas y gracias al Capitán Rábano por tirarte de la lengua.
ResponderEliminarAna en estado puro. Los que la conocemos sabemos que ella es así tal cual contesta a las afiladas preguntas de César.
ResponderEliminarCapi, me ha encantado este Enredados.
Bss
Una entrevista muy buena que me ha servido para conocer mejor a Ana , aunque cuando descubrí su blog me quedé enganchada. Por eso me gusta tanto el reto. Un saludo
ResponderEliminarOle mi Ana y mi César, qué bonico todo... pero reconozco que lo de la perla iridiscente al este de Nueva York... ¡¡eso me ha llegado al corazón!! jajajaja Muaks!!
ResponderEliminarQue buena entrevista!! me ha gustado mucho!! Bs.
ResponderEliminarSiento una envidia profunda de no haber sido entrevistada por el capitán ���� pero me la trago por el buen rato que pasó leyendoos ��
ResponderEliminarMe encanta la entrevista ;) ¡Sois geniales! Un saludo,
ResponderEliminarAránzazu de EL baúl de las delicias
Por fin la he leído de pe a pa, siempre es un placer conocer más a profundidad a las personas, gracias por la entrevista y a que no me ves, que se me pusieron los cachetes colorados con la pregunta del apio y el zoco, porque ha sido mi protagonista y creo que esa intersección puede estar más cerca de la realidad aunque no lo parezca. ;)
ResponderEliminarUn placer leer cada palabra, un saludo al capitán desde la tierra de la saudade.
Tenéis muchas cosas en común menos una, el apio jajajaja...César, no se si has leído el post, te vas a reír mucho:
ResponderEliminarhttps://migasenlamesa.com/apio-a-la-parmesana/
Nieves
leyendo esto, tal cual veo a Ana contando, muchas palabras suyas y noches enteras hablando, un placer disfrutar de su compañia, Ana al natural
ResponderEliminar