Sé que este tema
genera controversia, al fin y al cabo ¿quién soy yo, bloguero autoproclamado
gastronómico, para poner nota a un restaurante?, ¿qué experiencia tengo
en la gestión de un negocio de este tipo?, ¿por qué escuela de Hostelería he
pasado?...
No, no he pasado por
ninguna escuela de hostelería ni he dirigido ningún restaurante. No he
pasado del nivel de “Bar de copas” y precisamente por ello muchos consideran
que no es apropiado que le ponga nota a un restaurante o, mejor dicho, a una
experiencia gastronómica en un restaurante.
También existe el espécimen
"bloguero autocensurado", que no lo hace, bien por no sentirse
competente, bien por no herir sensibilidades.
Yo lo he hecho y lo
haré, porque lo que sí que tengo experiencia es como “disfrutador” de
restaurantes. Me encanta, me emociona elegir el próximo, planificar la visita,
estudiar la carta, leer opiniones, etc… y luego le pongo nota, sí, igual que le
pongo nota a las películas que veo en el cine. ¿Me convierte ello en juez?,
pues evidentemente no, sólo en “puntuador” pero como entiendo que esta práctica
es más difícil de lo que parece y quiero hacerla más transparente, he decidido
cambiar las notas y explicar un poco como lo haré a partir de ahora.
En primer lugar
decir que la nota de cada variable irá de 1 a 10 (mejor cuanto más alta) siendo 0 y 10
opciones imposibles, la primera porque 0 significa que me voy del restaurante y
10 la excelencia inalcanzable. Las variables a puntuar van a ser:
La decoración: No sólo que a mi me pueda o no gustar, no,
aquí se valorará el espacio entre las mesas y el espacio “sobre” la mesa
(cuanto más mejor, por si alguien lo pregunta), las sillas, la vajilla, las
servilletas o el hecho de que la luz sea tan tenue que puedas confundir un
bacalao con un steak tartar o te equivoques de copa. Eso por no hablar de
lugares con la música escandalosamente alta o flores apestosas en el centro de
la mesa.
La carta: No se trata de que sea enorme, de hecho
eso no me gusta aunque no es malo en sí mismo, se trata de que sea fácil de leer,
que esté ordenada, que ofrezca opciones (medias raciones, menús compuestos,
etc…) y que sea inteligible y no tengas la sensación de estar leyendo algo en Kilingon.
La carta de
vinos: Aquí si me gusta
que tenga muchas opciones y además se valorará positivamente, tanto de
referencias como de tipos de vinos (blancos, tintos, rosados, cavas, dulces,
etc..). Que se ofrezcan vinos por copas o botellas de diferentes tamaños, que
te asesoren o aconsejen (bien, por supuesto, no con el irritante y absurdamente
caro vino de la casa).
El servicio: Del mismo modo intentaremos perder la
subjetividad, no valoraré si el camarero me cae mejor o peor. Al igual que en
los procesos de selección de personal, intentaremos evitar el "efecto
halo" y centrarnos en cuestiones mensurables, como el hecho de servir
por el lado correcto, estar disponibles sin ser obsesivos, responder a
cuestiones puntuales acerca de productos de la carta y, en definitiva, mostrar
interés y preparación para demostrar que tu estancia en su local les importa y
les importa que quieras volver.
La cocina: Idem, no sólo es una cuestión gustativa,
es que los platos reflejen técnica, personalidad coherencia…, que estén
sabrosos, que resulten atractivos.
Precio: Aquí a la hora de ser objetivos nos
encontramos con el problema del precio absoluto, es decir, cuanto pago por una
comida, así que buscamos un ratio. Un menú de 10€ puede ser mucho más caro que
una comida de 100€, ya que el coste del producto utilizado puede mostrar una
razón mucho menor y no digamos ya con el vino o el salario del personal. Pero
aún así y explicándolo, penalizaremos al caro y el barato puntuará alto.
Experiencia: En este caso, la puntuación será
absolutamente subjetiva, pues se compondrá de todos los puntos anteriores y de
otras variables puntuales (supongo que incluso de la fase lunar) para dar mi
sensación final. Esta variable NO formará parte de la nota media del
restaurante y, ya os adelanto, ambas notas no siempre coincidirán.
Y ahora viene lo
difícil, comenzar y esto lo veréis mañana mismo, cuando hablaremos de nuestro
primer restaurante así puntuado, ¡un gran restaurante! que ha obtenido esta
puntuación:
Y, claro está,
actualizaremos nuestra clasificación de restaurantes con las nuevas
puntuaciones e incluiremos algunos de los que tenemos en la sección de bares.
En fin, espero
vuestras opiniones.
Me parece genial, al fin y al cabo somos "los disfrutadores" los que tenemos que ir a comer y a vivir la experiencia. ¡Un saludo!
ResponderEliminarPeor es lo de otros que opinan dependiendo del dinero que se les suelta ;((( que pena!!!
ResponderEliminarAunque se que no recomiendas, restaurantes sin maltrato animal, yo pienso que si te gusta hacerlo el blog es tuyo y mientras te leemos sera por algo ;)))
Un saludito
Ciertamente no había pensado en restaurantes que certifiquen de algún modo que lo que venden no implique maltrato animal, de hecho no conozco ninguno pero estaré pendiente y lo que seguro que caerá es algún vegano.
EliminarGracias por el comentario, ¡saludos!
Me ha gustado tu entrada, muy original, has dicho muchas verdades, enhorabuena, sigue así.
ResponderEliminar"LAS DELICIAS DE MAYTE"
Por mi parte considero que, como clientes, somos los más capacitados y autorizados a puntuar la experiencia en un restaurante, porque para eso pagamos. Y si a los propietarios no les agrada lo que se escriba, que se esfuercen por tratar a todo el mundo igual de bien, y no solo a los críticos reconocidos.
ResponderEliminarLa cuestión es que a veces somos los propios clientes y blogueros los que nos "autocensuramos" y consideramos que no estamos capacitados para puntuar. Pero estoy de acuerdo, los clientes podemos puntuar, claro está, de forma razonada e intentando ser justos y equilibrados
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