Kimbumbu

Restaurante Kimbumbu


Por Capitán Rábano.

Calle Colmenares 7, 
28004 Madrid
Telf: 915212681








Los madrileños solemos presumir de que en nuestra ciudad se puede encontrar de todo (o casi) y eso incluye, como no podía ser menos, restaurantes de lo más variopinto, como un restaurante "africano", o, lo que vendría suponiendo un personaje como Carrie Bradshaw que debe ser un restaurante africano, salvo que en este caso en lugar de estar en el Meatpacking, está en Chueca, que a nivel gastronómico tiene una oferta similar o aún mayor.


Y es que Kimbumbu a mi no me parece un restaurante africano, sino más bien el ambigú del teatro dónde se represente el Rey León. En justicia, se trata de un lugar al que deberíamos dar una nota doble, pues si como experiencia gastronómica se queda realmente corto, creo que como idea de negocio es magnífico, incluso brillante.

En primer lugar deberíamos acotar que significa africano, pues en Madrid hay restaurantes propios de cada uno de los paises de Magreb, egipcios y hasta conozco un restaurante etíope y he pasado por la puerta de varios restaurantes que en Lavapiés sirven comida propia de Senegal, Congo, Guinea o Nigeria y lo que ocurre es que en Kimbombu no lo dejan claro. Sus platos no indican procedencia, por lo que uno, en su incultura, los supone propios del África ecuatorial, con la inmensidad que eso sigue significando.

Y es su indefinición geográfica aderezada con su originalidad en los platos, lo que combinado, a su vez, con su ubicación estratégica en una de las zonas de ocio más transitadas de la ciudad, su amplio aforo, su ambiente "cosmopolita" y juvenil y un precio comedido, lo que le convierte en una gran idea de negocio.

Pero vamos por partes.

El local.

Amplio, con espacios reservados y presidido por la penumbra y una decoración que combina elementos metálicos que simulan ¿chozas de barro? y máscaras de madera lo que hace que me parezca muy apropiado como un bar para goce de urbanitas ociosos y poco exigentes con la comida. A mi algunos rincones me recordaban a escenarios de películas de Tim Burton.

Si dices Bitelchus tres veces, aparece por la puerta

Me cansa la poca iluminación en los restaurantes, ¡no se ve la comida!, no es intimista ni romántico, es incómodo y peligroso.

Absteneos los que queráis acercaros a auténticas experiencias africanas, los clientes son turistas o grupos de amigos experimentando con comida asequible antes de atacarse el hígado por los bares de la zona.


La comida.

En este apartado he de decir que los precios son realmente contenidos, lo cual se explica por las carácterísticas de la materia prima (abundan platos de pollo, arroz, cous-cous, etc) y por la profusión de alimentos de tercera y cuarta gama.


Pero lo cierto es que está elaborada con gusto, con presentaciones afortunadas y cantidades generosas.


Mención aparte se merece la carta de vinos y cervezas, porque vamos a ver, no conozco ningún vino africano-ecuatorial y ni el clima, ni la cultura ni ninguna otra característica hacen presagiar que alguna vez se de allí un vino decente, pero dicho esto, recordemos que hay buenos vinos marroquíes y egipcios ¡y no digamos sudafricanos!, allí hay vinos excelentes, sin embargo en la carta sólo hay el cansino Rioja-Ribera, que por otro lado, no acabo de ver como maridarlos con la comida del restaurante, por lo que os recomiendo pedir cerveza. Aunque tampoco hay disponibilidad de cervezas africanas.




Conclusión:

Un lugar apropiado para ir con amigos con curiosidad gastronómica que quieran probar sabores diferentes a un precio contenido y sin grandes alardes. No esperéis información acerca del origen de los platos, no la dan ni aparece escrita en las cartas.


Creo que mejoraría mucho si nos contasen la historia de los platos, quizá así me parecería más un restaurante que una curiosidad. Podrían, al menos, contárnoslo en una página web inexistente hasta el momento.


Capitán Rábano

Gastronomía, ocio, viajes, nutrición y buena vida en el más amplio sentido

1 comentario:

  1. Teniendo en cuenta que la gastronomía africana no ofrece muchas posibilidades entiendo que el ambiente lo cree la decoración del establecimiento. Por otro lado totalmente de acuerdo con la carta de vinos, un restaurante temático de este tipo no debe descuidar el detalle de las bebidas que son igual de importantes que los platos.
    Quizás no sea para tener como restaurante de cabezera (todos tenemos la opción segura para acudir si no sabemos donde ir) pero para experimentar y pasar un buen rato a un precio razonable me parece estupendo!
    Gracias por la crónica! Leer este tipo de artículos provoca que quiera ampliar mis yermos conocimientos sobre el tema ;)

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