
Especialmente dedicado a Tuonela, nuestra amiga (y sin embargo
seguidora) del blog Excuse me…, I can’tstand up! desde las exóticas tierras de Cardamomoland.
Por dónde empezar…
Creo que lo mejor será hacer un relato
cronológico, así podréis comprobar por vosotros mismos cómo ejecutamos nuestros
caóticos viajes. Y es que este fue especialmente “intenso”, pues apenas unas
horas antes de iniciar nuestro vuelo desde Madrid, habíamos estado celebrando
el matrimonio de Pinche Comino y el Dr. Sushi (lo siento chicas, está
casado) hasta altas horas de la noche. Vamos, que llegar a casa, un par de
horitas de sueño, ducha y al aeropuerto para viajar junto con mis padres, que
no tenían la culpa de nuestro lamentable estado.
Mucha gente viaja desde España a Praga
realizando un tour por ciudades centroeuropeas tipo “Si hoy es lunes esto es Budapest, cenamos en Bratislava, almuerzo en Praga, cena en el Danubio y empezamos o acabamos en Viena. Bien, no hay problema, cada uno viaja como puede, ahora
bien, advertidos quedáis, son ciudades incomparables, no me hagáis lo típico:
- Pues a mi me gusta más Praga que Budapest…
- Huy, dónde va a parar.
Porque, además, a mi me gusta más Budapest que Praga y no es
porque la ciudad Checa no me guste,
es porque parece de coña y Budapest,
salvo por el hecho de que la mitad de la población masculina se llama Atila, parece una ciudad de verdad.
Bueno, al grano, que me
disperso…
Los despojos de lo que horas
antes habíamos sido, llegamos al aeropuerto de Praga, que no recuerdo ni cómo se llama ni dónde está. Tampoco
recuerdo como nos desplazamos desde el aeropuerto a la ciudad, salvo justo a
última hora, cuando llegamos a nuestro hotel.
Primer asunto importante,
¿dónde alojarnos? y no me refiero a si en un hotel, apartamento, casa
particular o bote anclado, sino al barrio de la ciudad.
Si te alojas en las afueras,
tardarás mucho en llegar, si te alojas en la zona turística del centro, pasarás
las noches en vela a causa del jaleo formado por hordas de teutones borrachos y
si te decides por Malá Strana, te
vas a pasar el día subiendo y bajando cuestas.
Nosotros, en ese viaje,
escogimos al azar, pero salió muy bien, nos alojamos al sur de Malá Strana y al sur del kampa park, a la altura del puente que sale
al Palacio de la Opera y pasa por encima de una isla de recreo. Esta zona está
muy bien comunicada y cerca de la ciudad
vieja y Malá Strana, pero, a la
vez, es un lugar tranquilo, sin agobios turísticos.
Nada más llegar dimos un paseo
y conocimos una de las excelencias gastronómicas locales, que no es otra que la
cerveza. Me encanta la cerveza checa
y en Praga podréis disfrutar de
muchas y muy buenas cervezas, normalmente tipo Pilsen, como manda la tradición. Además, hay muchas cervecerías
artesanales.
Al día siguiente, visitamos Malá Strana, o el barrio del castillo,
hay alguna cuesta que otra, pero nada insuperable. El castillo es una atracción
turística y allí, también, se encuentra la catedral, dónde podréis admirar
vidrieras del gran Alfons Mucha
(pronunciad algo así como Muja), uno de los grandes personajes de la historia
de la ciudad.

A los pies de Malá Strana y hacia el famoso puente de
Carlos IV hay un montón de
deliciosas terrazas dónde podréis disfrutar de hermosas vistas al propio
puente, a la ciudad vieja y el río Moldava.
Allí, al pie del puente se rodó la escena del inicio de Misión Imposible (I) y
allí mismo el equipo guindillero se zampó un codillo asado al modo de los antiguos pobladores…. Mmmm… que rico…
Y aquí nos ocurrió una cosa curiosa, pedimos la cuenta, pagamos, dejamos algo
de propina… ¡pero no lo suficiente!, pues ya en la calle fuimos alcanzados por
una checa furiosa que nos preguntaba si es que no nos había atendido lo
suficientemente bien ¿¿??, si, claro, ¿qué ocurre?, bueno, pues que este es uno
de esos lugares en el mundo en el que ya en la factura, te indican el importe
de la propina (y no nos habíamos dado cuenta), que no consideran, en absoluto,
discrecional por parte del cliente, es decir, o pagas o una checa furiosa puede
emprenderla contigo a golpe de codillo y, francamente, eso es algo por lo que
no quiero pasar.
Del otro lado del puente, se
extiende la ciudad vieja y la ciudad nueva. El puente dicen que es muy bonito,
la verdad es que por fuera si lo parece, por encima no tengo ni idea, porque lo
tapaban unos dos millones de turistas, ¡es increíble!, está absolutamente lleno
de turistas, vendedores de baratijas, pseudobohemios (bueno, me refiero a los
que van de artistas, porque bohemios de Bohemia hay muchos por Praga),
carteristas, etc…
Bien, en la ciudad vieja podréis visitar el famoso reloj astronómico del Ayuntamiento,
haceos sitio, porque si vais en temporada alta habrá muchísima gente.
También podéis acudir a una
representación de teatro negro,
visitar alguna iglesia, o ir a algún concierto de cámara, ¡hay muchísimos!. Pero
lo mejor, sinceramente, es perderse por sus calles, por los patios de sus
casas, dónde, de la nada, surge un café o una cervecería preciosa. En fin,
disfrutad de una ciudad cuyo casco viejo
es patrimonio de la humanidad y, de veras, parece un decorado. Yo no paraba
de mirar hacia atrás teniendo la sensación de que en cualquier momento vería a
unos tramoyistas desmontar la calle por la que habíamos pasado.
Importante, llevad calzado
cómodo, hay que caminar, es una ciudad hecha para disfrutarla andando y, a no
ser que seas checa, lo mejor es un calzado cómodo, sólo ellas pueden caminar
sobre adoquines con taconazos imposibles sin caerse, dar traspiés o cosas así.
Creo que está en su código genético, o eso o es una cuestión de entrenamiento y
poseen los tobillos más curtidos de la especie humana.
¿Qué más comer en Praga?. Bien, un plato típico de toda centroeuropa es el goulash, plato de origen húngaro, pero
extendido por toda la región. Pues resulta que en Praga comimos el mejor goulsah
que he probado en toda mi vida, fue opinión unánime del grupo, ¡insuperable!, a
riesgo de extenderme en demasía, os cuento la historia:
Pendiente de Diagnosticar llevaba (como siempre) su
guía del Trotamundos, en la que recomendaba un modesto lugar para comer, al llegar
descubrimos que había cerrado (por el aspecto hacía ya algún tiempo), pero
resulta que enfrente mismo había una pequeña casa de comidas, absolutamente
libre de turistas, pero lleno de lugareños, allí nos fuimos.
Los cuatro: mis padres, Pendiente de Diagnosticar y yo, pedimos
lo mismo: goulash. Tenía la
consistencia del alquitrán, nos lo sirvieron en unos cuencos de lo más simple,
el color tiraba a negro-bovril (las
fotos no hacen justicia), pero puedo aseguraros, ¡¡¡que estaba delicioso!!!,
eso sí, pelín brutal, unas 4 horas después seguía martilleando mi estómago.
Pero atención, no hagáis caso
a todas las recomendaciones, nuestra guía recomendaba un cóctel típico del café
que hay enfrente de la ópera. Resulta que si que está en su carta, pero no lo
pide nadie, ¡porque es repugnante!, ¡y nosotros picamos!, os cuento, la
combinación es… peculiar, si alguien quiere probar en casa:
En copa larga de champagne:
- 2/3 de champagne (si es bueno o malo da igual, esto no hay quién lo
arregle).
- Hielo (un par de cubitos).
- 1/3 de absenta.
Los líquidos no se mezclan, la
absenta queda por encima con color verdoso y la mezcla de todos los sabores te
hace considerar muy seriamente los beneficios de la abstinencia alcohólica.
En la ciudad nueva podéis
pasearos por la Plaza de San Wenceslao,
lugar emblemático en la historia de la república checa, aquí fue dónde se gestó
la revolución de terciopelo. Pero ojo, id de día, a no ser que os guste
participar en una suerte de macrobotellón de turistas alemanes borrachos como
cubas.
Os recomiendo un paseo por Kampa Park y de veras, perderos por la
ciudad y dejaos un día para hacer una excursión a Karlovy Vary, pero eso, es otra historia y ya os la contaremos.
Muy bonita la entrada de hoy, me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarUn abrazo!
¡¡¡Chasgracias!!!, ya sabes, lo nuestro es servicio público.
EliminarOooooh!! Muuuuuchas gracias! No sabéis cómo me viene vuestra entrada, para lo del hotel ya es tarde (snif!) pero todo lo demás me viene de lujo. Por cierto, los nombres de las calles son como para perderse y sacar el GPS, la virgen!! Y ese codillo... oyoyoyoyoy y el goulash de la wela, toma que toma! Evitaré a los teutones borrachos (ya llevo bastante con los locales que me ponen la cabeza como un bombo en el metro) y me dejaré los tacones en Cardamomoland, lo prometo!
ResponderEliminarA la vuelta os cuento! Un besote!
Me alegro, ya sabes, sobre todo evita el champagne con absenta, da asquito. Actualizaré el artículo porque olvidé un par de consideraciones, hay que ir a un concierto de jazz en la ciudad vieja y visitar el barrio judio... o mejor aún, preparo otro artículo.
EliminarOk, lo espero! :)
EliminarAy, Con un par... ¡con lo que yo he luchado para que los españoles no se limiten a hacer Praga y un día Karlovy Vary y vuelta! Esta república es mucho, mucho más que esas dos magníficas ciudades.
ResponderEliminarPero muy buena la crónica, sí señor, muy buena.
Claro que sí, claro que es mucho más, pero no llegamos a todo, ¡qué más quisiéramos!, asi, a estas horas y con este calor me estoy acordando de esos campos que tienen llenos de lúpulo con el que luego elaborar esa cerveza... mmmmm...
EliminarCapitán, que viaje mas bonito hicisteis :D
ResponderEliminarMe ha traído muchos recuerdos de nuestro viaje a tierras checas. Nosotros, solo visitamos Praga, 5 días relajados, caminando y sin estrés de rutas turísticas. Veo que te perdiste comer en el Colegio de Arquitectos, que aloja un precioso y pequeñito restaurante en una antigua sinagoga! La cena de lujo lujazo de verdad eh!, pero solo de calidad, porque el precio fué como de asilo de ancianos, Una pasada vamos! Recomendable 100%. No muy lejos del reloj famoso.
Otro barrio imperdible fue Zikov(así suena, ni idea como se escribe)barrio anarquista, comunista, obrero con ese punto de independencia del comunismo, de libertad, etc, etc, Ni un solo turista.
Lo mejor de todo, es ir fuera de las épocas de hordas turísticas, mejor primavera o final de otoño (nuestro caso. Fuera de todo lo folclorico, Praga tiene mucha clase!
Un abrazo desde el Caribe viajero
Hmmm... lo del restaurante ese no lo sabía, me lo apunto para una próxima visita.
EliminarAh!! y desde ese mismo barrio Zhikov (o algo así) se emitía, Radio España Independiente en los años 1945 a 1950 Pa pú pa pu papa pupa, papu papapú papapú.... el himno de Riego, La Internacional, La Marsellesa, etc, etc Que Rusia iría pronto a liberar a España etc,etc,
ResponderEliminarBueno, eso, jajaj Beso
Creo recordar que al Capitán se le ha pasado los ocnciertso de jazz, que son bastante interesantes y el barrio de John Lenon y su mural.Disfrutad de la ciudad y enhorabuena Capitán por el reportaje
ResponderEliminarSi me he dejado cosillas, volveremos con otro post. El muro de John Lennon está en Kampa Park, ¿no?
EliminarLos conciertos de jazz, disculpad
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